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Medioambiente

ESTUDIO SOBRE LOS PÁJAROS MIGRATORIOS A SU PASO POR LA PROVINCIA DE Cádiz.

ESTUDIO SOBRE LOS PÁJAROS MIGRATORIOS A SU PASO POR LA PROVINCIA DE Cádiz.

Publicado en QUERCUS , cuaderno 24-Invierno de 1987, pag 14-15

Por Gudrun Hilgerloch y Alfredo Barragán Díaz

Durante tres años se llevan realizando estudios sobre el pasote passeriformes por el Pinar de la Algaida en Cádiz. Mediante la captura y anillamiento de las diferentes especies migradoras (unos 7000 individuos anillados hasta la fecha), se ha puesto de manifiesto la importancia de este enclave como lugar de paso que les proporciona refugio y descanso antes de proseguir sus recorridos migratorios, ya sean hacia Centro y Norte de Europa o hacia el continente africano.

El Pinar de la Algaida se encuentra al norte de Sanlúcar de Barrameda, en el extremo Noroccidental de la provincia de Cádiz, próximo a la desembocadura del río Guadalquivir y frente al Parque Nacional de Doñana. Con una superficie de 690 Ha., se asienta sobre una especie de isla arenosa —antiguas dunas ya fijadas por la vegetación y que se deslizaron sobre los suelos de las marismas circundantes— cubierta de pinos piñoneros. Está bordeado en sus zonas de contactos con las marismas por un tupido cordón de matorrales formados por Lentiscos (Pistacias lentiscus), Mirtos (Myrtus communis), Zarzas (Rubus sp.), Torviscos (Daphne gnidium), Rhamnus sp.,... que frecuentemente forman masas impenetrables y donde numerosas especies pueden encontrar refugio y alimentos suficientes para reponer fuerzas que les permitan continuar sus viajes migratorios.
Del medio centenar de especies passeriformes estudiadas en "La Algaida" cabría distinguir entre los migrantes de largo recorrido, que como las currucas mosquiteras y zarceras (Sylvia borin y Sylvia communis), el Mosquitero musical (Philloscopus trochilus), Papamosca cerrojillo (Ficedula hypoleuca), etc., tienen sus áreas de nidificación en Norte y Centro Europa e invernan al sur del Sahara y efectúan, por tanto, viajes migratorios de miles de kilómetros; y los migrantes de corto recorrido (es un decir) que como el Petirrojo (Erithacus rubecula), el Mosquitero común (Phylloscopus collybita), las Currucas capirotada y cabeci negra (Sylvia atricapilla y Sylvia melanocephala) y el conjunto de los fringílidos (jilgueros, verderones, luganos, etc.) tienen sus áreas de invernadas mucho más próximas, dentro de la cuenca Mediterránea europea y Norteafricana.
No cabe duda —y los estudios realizados lo confirman— que entre ambos grupos de migradores habrá diferencias manifiestas en cuanto a la fenomenología y características de sus desplazamientos anuales.Niveles de grasas

Migrantes de largo recorrido.
En los migrantes de largo recorrido, el hecho, no sólo ya de tener que recorrer los miles de kilómetros que separan sus áreas de nidificación e invernada, sino también, y muy especialmente, las dificultades que en ese largo viaje se les presenta -el paso del trecho de mar, y sobre todo, el desierto del Sahara- van a determinar de forma bastante significativa tanto la estrategia de sus des-plazamientos como la de las características de su paso por el Pinar de la Algaida y el Sur de la Península.
Quizás, uno de sus aspectos más significativos y que diferencian claramente a este grupo del de los de corto recorrido, sea el de la cantidad de grasa o estado de engorde que poseen cuando son capturados en el Pinar, y sus distintos niveles según lo sean durante las migraciones pos-nupciales (otoño) o las prenupciales (primavera).
En los pasos otoñales la mayoría de los Individuos estudiados presentan niveles altos de grasa en consonancia con las dificilísimas condiciones de viaje que aún deben de superar para llegar a sus cuarteles de invierno transahariano. Mientras que en los pasos primaverales, precisamente a causa de esas duras condiciones que han debido superar y a las pocas posibilidades de alimentación que han tenido, llegan bastante delgados. (Ver tabla 1).
En cuanto al número de días que permanecen en "La Algaida", se puede señalar que en el paso otoñal la media de permanencia está por encima de la de la Primavera. Cuando pasan en Primavera han realizado lo más difícil del recorrido y lo que desean es llegar cuanto antes a las zonas de nidificación además de que el camino que les queda por recorrer les puede ir proporcionan-do ya suficientes alimentos.
Las fechas de paso también los diferencian de los migrantes de corto recorrido. En el paso otoñal, el grueso de las poblaciones lo hacen antes que éstos, durante los meses de septiembre y hasta mediados de octubre. En cambio, en el paso primaveral lo harán después, durante los meses de abril y mayo, debido precisamente a que en Primavera, cuando pasan por "La Algaida", han realizado ya una parte más que considerable del total de su viaje y la más dificultosa sin duda. Por otro lado la llegada a sus zonas de crías norteñas ha de efectuarse cuando las condiciones climáticas les sean beneficiosas y puedan encontrar suficientes recursos alimentarios que les permita reponerse de tan largo viaje e iniciar su fase de reproducción y cría.

Los migrantes de corto recorrido.

Entre los migrantes de corto recorrido, como ya se ha ido indicando, no se aprecian diferencias en sus niveles de engorde en relación a su paso primaveral u otoñal. Las características del tipo de recorrido que realizan, sin atravesar zonas de condiciones extremas como son los desiertos, así como las distancias que recorren, no les obliga a aprovisionamientos energéticos especiales.
Las fechas de paso del grueso de sus poblaciones son, por tanto, también distintas a las de los migrantes de largo recorrido: Entre marzo y abril el paso primaveral y durante la segunda quincena de septiembre a primera de noviembre el paso otoñal.
Después de estos tres años de control del paso de los paseriformes queda de manifiesto, como señalábamos al comienzo, el papel que cumplen enclaves naturales como el del Pinar de La Algaida y otros del Sur de la Península dentro de la estrategia global de los movimientos migratorios de estos pájaros.
Creemos que el Pinar de La Algaida debe estar protegido, como lo solicitan los conservacionistas y el Ayuntamiento de Sanlúcar, dentro de la ampliación del preparque de Doñana por el Este, englobando además las marismas y salinas de ese otro margen del Guadalquivir.

Bibliografía:
— Herrera, C. 1974»: El paso otoñal de Sylvia a borin y Sylvia communis en la Reserva de Doñana. Doñana Acta Vertebrata 1: 33-119. — Hilgerloch. C.: Migratory behaviourin the Sourthern Iberian Península. First conference on birds wintering in the Mediterranean región. In press. — Hilgerloch, C.. Zugmuster von Kurz- und Weitstrecken ziehem Südspanien. Die Vogelwarte 33. 1985: 69-76. — Murillo, F F Sancho (1969). Migración de Sylvia atricapilla y Erithacus rubecula en Doñana según datos de capturas. Ardeola 13: 129-137. — Torres Esquivias. J. A., A. León Claveria (1979): Paso otoñal de Passeriformes por una localidad de Sierra Morena Central (Sur de España)Doñana, Acta Vert. 6: 55-65.
(Colaboraron en los anillamientos, entre otros; R. Márquez González, P. Rodríguez Parada. M.ª del P. Rodríguez Parada…)

PARQUE NATURAL DEL ENTORNO DE DOÑANA:

Las aproximadas 54.200 Has. que se incluyen dentro del Parque Natural del Entorno de Doñana, forman parte de todo un conjunto de ecosistemas que limitan con el Parque Nacional, al que están ecológica y funcionalmente unidas, y a los que además de sus propios valores naturales, se les consideran de vital importancia para la preservación de Doñana.
Tiene por ello este Parque Natural, la peculiaridad de su falta de continuidad geográfica y la de abarcar terrenos de tres provincias limítrofes: Huelva, Sevilla y Cádiz.
Se incluyen así dentro de este espacio protegido, el Complejo endorreico del Abalario- todo un conjunto de pinares y pequeñas lagunas que se extienden al oeste de Doñana, y de la urbanización de Matalascaña-; los Pinares de Hinojos, el denominado anteriormente Preparque Norte, Entremuros y el Brazo de la Torre por el Norte y margen derecha del Guadalquivir y las marismas de Bonanza y los pinares de la Algaida ya en la margen izquierda de este río y dentro de la provincia gaditana.
Y será de este sector oriental del Parque Natural, íntegramente dentro del Término municipal de Sanlúcar de Barrameda, del que nos ocuparemos aquí.
LOS PINARES DE LA ALGAIDA.

Situado al norte de Sanlúcar y en el extremo noroccidental de la provincia, sus 691 Has. discurren, como una lengua de arena, de unos 10 km. de longitud por unos 2,5 de anchura, sobre los terrenos marismeños que lo circundan.
Su formación se encuentra vinculada, al igual que la del propio Doñana, a los procesos que culminaron con la colmatación del amplio estuario, que aún en épocas históricas recientes, formaba el Guadalquivir en su desembocadura el, «Lacus Ligustinus» de los romanos. El arrastre de arenas aportado por la corriente de deriva litoral formó la flecha arenosa que en dirección NE y con varios ganchos en dirección E-0, fue cerrando, junto a su equivalente en la costa de Doñana, la amplia embocadura de ese primitivo estuario, lo que unido a los sedimentos aportados por el Guadalquivir contribuyó a su cegamiento y conversión en marismas. Sobre esta primera flecha arenosa, los vientos dominantes del poniente, hicieron correr las primeras dunas, que pronto fueron fijadas aquí por la vegetación.
Todo ello conformó un denso monte o bosque sobre arenas sueltas, que es lo que la palabra de origen árabe «algaida» quiere significar. Dicho monte, de más del doble de su superficie actual, se extendía desde las proximidades de Bonanza, lo que aún hoy son los Pinares de la Dinamita y San Jerónimo, pasando por los terrenos, ya agrícolas, de la Colonia de Monte Algaida, hasta rematar, dentro del actual pinar, en lo que se conoce como Punta del Monte.
Históricamente hablando, estos pinares han estado siempre relacionados con la historia y los propios orígenes de la misma Sanlúcar y con las primeras civilizaciones que se asentaron por estas tierras del Bajo Guadalquivir.
En la zona de la Algaida conocida como «EL Tesorillo», las diferentes excavaciones arqueológicas habidas, han encontrado numerosos restos entre los que destacan los de origen romano y fenicio. Más interesante aún, son los vestigios de la existencia de un santuario religioso, que en base a los relatos de Estrabón, bien podría tratarse del Santuario de la «Lux Dubiae» o de la Luz Dudosa o Divina del atardecer -la estrella Venus-, tan propia de la adoración de los pueblos marinos de la antigüedad y de la religiosidad tartésica. (De la existencia de ese templo se cree tomó el nombre Sanlúcar; del latín «lucer» o lucero).
Por todo ello, no es extrañar, que muchos creyeran encontrar aquí una de las islas donde se asentara la ciudad de Tartessos. No obstante, y a escasos kilómetros de este Pinar, en el Cortijo de Ébora, se encontró un importante conjunto de joyas de la época tartésica.
Los hallazgos también, de restos de construcción romana, seguramente de un taller para la reparación de embarcaciones, así como de dársenas y embarcaderos; nos desvelan cuanto debieron ser frecuentadas estas tierras en épocas pasadas.
Con la conquista castellana en 1264, y su posterior cesión por el Rey Sancho IV de todo el Señorío de Sanlúcar a D. Alonso Pérez de Guzmán, la Algaida entra en la historia documental y ya serán numerosas las referencias que a ella se hagan, tanto en los Archivos de la Casa Ducal de los Medina Sidonia, como en los de la misma ciudad.
Así queda registrado, que es en 1445 cuando el primer Duque de Medina Sidonia cede el Monte de la Algaida al pueblo de Sanlúcar, quien lo mantendrá formando parte de los Bienes de Propios, hasta la actualidad.
Por estos archivos, también se tienen noticias, de las distintas producciones y aprovechamientos del Monte y de las sucesivas repoblaciones habidas. La primera de la que se tiene constancia fue en 1537, con piñones procedentes de Utrera. Otra bastante notable, que dio lugar al comienzo de los Pinares tal como hoy los conocemos, fue la llevada a cabo en 1803 con ocasión del nombramiento de D. Manuel Godoy como Regidor Perpetuo de la ciudad y en honor de él.
Menos afortunadas para el monte, serían las plantaciones de eucaliptos de finales del siglo pasado, que ocupan una buena parte de su zona media y norte; o la tala de medio millar de hectáreas en 1910, para la instalación de la Colonia Agrícola y que supuso la transformación para el cultivo, de prácticamente toda la parte sur.
Desde el punto de vista ecológico, los Pinares de la Algaida, por su proximidad y vinculación a Doñana, presentan gran similitud con iguales biotopos de ese Parque.
Además del pino piñonero como árbol predominante, y de las manchas de eucaliptal, antes mencionadas, llaman la atención unos centenarios álamos blancos, que desplazan al pino en las zonas de contactos con las marismas.
La vegetación del sotobosque la componen las típicas de los pinares costeros de estas latitudes: jaguarzos, jaras, sabinas, lenticos... Es de destacar en la Algaida, el cordón de matorrales que bordeando el pinar ocupan, junto a los álamos en algunos sitios, las zonas de contactos (ecotonos) con las marismas. Forman una verdadera barrera infranqueable de vegetación, y donde zarzas, lentiscos, mirtos, olivillos y otros arbustos espinosos, entrelazados entre si por zarzaparrillas y lianas de clemátidas, dan cobijo y alimentos a numerosas especies de animales.
La fauna enriquecida por esa cercanía a Doñana, ya desde las propias de los mamíferos depredadores como el zorro, el tejón, el meloncillo o la gineta; hasta la de una abundante avifauna, entre la que sobresalen los milanos negros, que nidifican aquí en una altísima densidad. Otras rapaces como águilas calzadas, culebreras ratoneros o cernícalos, también encuentran cabida en estos pinares. Por no hablar de los numerosísimos pajarillos, passeriformes, (más de medio centenar de especies), que ya de paso invernada o permanentemente buscan refugio y alimentos en estos lugares.
Y no son de extrañar, las ocasionales observaciones de especies tan escasas como las águilas imperiales, que provienen de Doñana, llegan en busca de sus presas. Lo mismo que ocurre con los ciervos, abundantes en otras épocas y hoy visitantes ocasionales, que sobre todo durante las berreas otoñales, se atreven a dejar el Parque y cruzar el río.
Mención especial merece el camaleón, que si bien no muy abundante en el pinar, si encuentra aquí uno de los límites norte de su distribución.
LAS MARISMAS DE BONANZA
Con sus casi 2.700 Has, integran el otro ecosistema del sector oriental del Parque Natural del Entorno de Doñana, Reliquias, junto a las del cercano Parque Nacional, de las más de 200.000 Has. de marismas que en su origen discurrían a ambas márgenes del Guadalquivir.
Se extienden desde las proximidades del puerto de Bonanza hasta limitar, al norte, con el término municipal de Trebujena, en el denominado Caño de Martín Ruiz.
Marismas en gran parte desecadas y transformadas en salinas y donde cabe distinguir, a modo de bandas paralelas al río, los siguientes biotopos:
1. Fangos intermareales, desprovistos de vegetación y visitados cuando que-dan descubiertos en la bajamar, por gran cantidad de limícolos, que como los correlimos y los chortilejos forman graciosos bandos que se mueven casi al unísono. Al igual que ocurre con los cangrejos de boca, que habitan aquí y literalmente alfombran estas orillas.
2. Marismas inundables por la acción de las mareas, cubiertas casi en su totalidad, por una densa vegetación de Spartinas o barrón de río, que son aprovechadas para nidificar por numerosas especies de acuáticas.
Es de destacar, la poca representación de este tipo de marismas entre las de Doñana, lo que las hacen extremadamente importantes, de cara a una mayor diversificación ecológica del área.
3. Las salinas, que con sus caños y lucios se convierten en el medio acuático ideal para multitud de aves. Representan una reserva de agua permanente, aún cuando, con las sequías estivales, ésta escasee en Doñana.
Sobresalen los multitudinarios bandos de flamencos, que por miles llegan a ocupar sus esteros, así como las numerosas poblaciones de cigüeñuelas avocetas y otros limícolos, que recolectan alimentos entre sus aguas.
4. Los almajales o marismas secas, ya separadas de las influencias del río, aunque encharcables en parte por las lluvias, y donde predomina el almajo como planta característica. De carácter estepario durante los veranos, soporta una variada fauna de marcada influencia estacional.
Son las marismas y salinas de Bonanza continuación natural, con peculiaridades propias, de los ecosistemas del Parque Nacional de Doñana y un excelente ejemplo de cuanto aprovechamiento económico (extracción de la sal) y conservación son compatibles.
EL RETO DE LA CONSERVACIÓN
Cuando se creó en 1969 el Parque Nacional de Doñana, sólo la obstinación del entonces Gobernador Civil de Cádiz, impidió que los terrenos de los que nos ocupamos quedaran incluidos dentro de los límites de dicho Parque. Tampoco con la reclasificación de éste en 1978, con la famosa Ley de Doñana, se consigue la inclusión, a pesar de que desde siempre científicos y conservacionistas así lo demandaran.
A partir de ahí, numerosas propuestas de ampliación del Parque Nacional, y de la extensión de su preparque a esta margen izquierda del Guadalquivir, quedaban paralizadas dentro del conflicto de competencias existente entre la administración central de entonces (ICONA), que gestionaba Doñana, y la administración autonómica (AMA), a la que correspondía la de los terrenos circundantes.
Salvado, de alguna manera, el escollo con la creación del peculiar Parque Natural del Entorno de Doñana, al menos desde el punto de vista de su protección, las Marismas y los Pinares de la Algaida, quedan vinculado a un entorno del que nunca administrativamente debieron ser separados.
Queda ahora todavía pendiente, la solución de los problemas de conservación y gestión que afectan a este Espacio Natural. Comenzando por los de escasez de su guardería, que a duras penas, hoy, pueden evitar aún la práctica de la caza furtiva, o la proliferación de carriles, y la circulación de vehículos, que invaden y destruyen la vegetación.

Preocupantes, son también, los impactos de los cultivos agrícolas intensivos limítrofes a su zona meridional , los de la Colonia, no ya sólo por el elevado uso de pesticidas y otros productos fitosanitarios, que les caracterizan; sino por la gran cantidad de residuos que generan, que como plásticos, envases o forrajes son arrojados impunemente dentro del Parque Natural.
Una mayor vigilancia y protección de la zona arqueológica de «El Tesorillo», se hace igualmente necesaria, del mismo ¡modo, que su adecuación para que pueda ser visitada, y ayude a comprender la antiquísima presencia del hombre en estos parajes.
La masiva afluencia de personas, que utilizan estos pinares para pasar un día de campo, debe ser también tenida en cuenta, y mitigar su fuerte impacto con una mejor adecuación -y por tanto, poder de atracción- de su zona recreativa, con un conveniente servicio de recogida de basuras, con una mayor vigilancia y control, los días festivos; y con el ofrecimiento y adaptación de otras zonas, más próximas a la ciudad (Pinares de Bonanza), que puedan servir para ello y actuar de lugar alternativo.
Quede claro, que si se resuelven estos problemas y se dota convenientemente la zona, los Pinares de la Algaida y las Marismas de Bonanza pueden cumplir un importante papel, dentro del área de Doñana, al hacer compatibles usos y aprovechamientos económicos, recreativos, educativos, culturales y de conservación, de los que tan necesitados, y demandado, está todo el entorno de Parque Nacional.

Los Pinares de la Algaida

Formando parte del Parque Natural de Doñana, las 691 has. de este pinar se extienden sobre una especie de lengua arenosa que discurre sobre las marismas. Antiguas dunas fijadas ya por la vegetación, que contribuyeron a cerrar el amplio estuario en el que desembocaba en épocas no muy remotas el Guadalquivir, de donde parece provenir su nombre: del árabe “algaida” o bosque sobre arenas.
Desde el punto de vista ecológico , estos pinares, por su proximidad y vinculación con Doñana, presentan gran similitud con los que se desarrollan allí. Bosque de pinos piñoneros, con un importante sotobosque de sabinas, lentiscos, jaguarzos, jaras, etc. Sobresaliendo, sobre todo, la densísima orla de matorral que lo circundan, donde zarzas, mirtos, olivillos y otros arbustos espinosos, se entrelazan con zarzaparrillas y lianas, formando verdaderas barreras infranqueables.
Son las aves rapaces sus huéspedes más destacados, sobresaliendo por su densidad de más de 100 parejas, los numerosos milanos negros que allí se reproducen. Junto a ellos también lo hacen ratoneros y águilas calzadas y culebreras. Por no hablar de los numerosísimos pajarillos, passeriformes, que con más de medio centenar de especies, lo usan como lugar de paso, invernada o permanentemente.
Desde hace unos años, resalta también la importancia de una laguna, que si bien artificial en su origen, para extracción de arenas, pronto se naturalizó: La Laguna de Tarelo, autentico oasis acuático para numerosos patos, entre los que merecen especial mención la Malvasía, que se reproduce en ella con gran éxito.
Y no son de extrañar, las ocasionales observaciones de especie tan en peligro de extinción como las águilas imperiales, que provenientes de Doñana, llegan en busca de sus presas. Lo mismo que ocurre con los ciervos, abundantes en otras épocas y hoy visitantes ocasionales, que sobre todo durante las berreas otoñales, se atreven a dejar el Parque Nacional y cruzar el río.
Mención especial merece el camaleón, que si bien no muy abundante en el pinar, si encuentra aquí uno de los límites norte de su distribución.

TALLER DE ECOLOGÍA Y MEDIO AMBIENTE

Dentro de una propuesta global de Educación Ambiental es donde habrá de entenderse las prouestas de este “TALLER DE ECOLOGÍA Y MEDIOAMBIENTE”, y por tanto, y aún con las limitaciones de ser un plan complementario, con la triple pretensión en cada una de sus actuaciones de: sensibilización, comprensión e intervención.

FINALIDADES:

1.Identificar los valores ambientales de la localidad y sus características ecológicas más básicas.
2. Planificar su estudio e investigación mediante el trabajo de campo que permita percibir sus valores ambientales, sus componentes y su funcionamiento básico.
3.Conocer y practicar técnicas elementales del trabajo de campo:

3.1. La observación y la toma de notas en el “Cuaderno de campo”
3.2. Identificación básica de especies con el uso de “guias” y claves sencillas.
3.3. Elaboración de herbarios, concharios y otras colecciones.

4. Fomentar, a partir de su conocimiento, hábitos y actitudes de respeto ante el medio natural y contribuir con nuestras posibles aportaciones a su mejora y/o conservación.

METODOLOGÍA:

Teniendo en cuenta las premisas de la Educación Ambiental y la pretensión de globalidad de este taller, la metodología no podría ser otra que aquella que compaginara las sesiones de estudio y planificación con las de visitas y trabajo de campo, seguidas de las de profundización, sistematización y reflexión, de nuevo en el aula.

Al igual, que en consonancia con la propia de la Educación de Adultos, tendrá como punto de partida los conocimientos previos de los participantes, la busqueda grupal de los datos y las informaciones precisas y la reconstrucción colectiva de los nuevos conocimientos e interpretaciones. Sin olvidar la sensibilización y reflexión en torno a la toma de postura a adoptar ante la realidad –el medio-, interpretadao y sentido.

PROPUESTA DE CONTENIDOS:

1. Aproximación a la percepción de los valores ambientales de la localidad:
-¿Qué conocemos?
-Establecimiento de objetivos.
2. Nociones básicas de ecología y de funcionamiento de los ecosistemas:
-Aplicación a la interpretación de escosistemas sencillos.
3. Unidades ambientales de la localidad. Su localización.
-El mapa del Término municipal. Su interpretación básica.
4. El medio urbano:
-Características
-Problemática.
-Las zonas verdes.
-Un jardín singular: Palacio municipal
-Una zona periurbana: Pinares de Bonanza.
5.Los antecedentes históricos-geológicos del término municipal. Los dominios del Lago “Ligustinus”.
-Reconocimiento en el terreno de la antigua extensión del “Lago”.
-Identificación de restos e indicios.
-Evolución y conformación de un medio común con Doñana.
6.Playas y costa:
-Incidencias del mar y del rio. Su continua evolución.
-Identificación de especies características a partir de sus restos y medios de vida.

7. Dunas y pinares (Parque Natural de Doñana):
-Recorrido e interpretación básica de este ecosistema.
-Elaboración de un herbário básico y/o construcción de una pequeña maqueta.
-Preparación de un sencillo itinerario para el resto del alumnado del Centro.

8. Marismas y salinas (Parque Natural de Doñana):
-Características, especies básicas y aprove-chamientos.
9. La campiña y el diseminado urbano:
-Sus usos y su problemática.
-La ordenación del territorio (PGOU)

10. Principales problemas ambientales de la localidad:
-Identificación.
-Soluciones en marcha: Tratamiento de los RSU. Y depuradora.
-Búsqueda de soluciones.

TEMPORALIZACIÓN:

De octubre a junio: 30 sesiones (1 por semana).

RECURSOS:
(Disponibles y necesarios)

• Documentación sobre los diferentes ecosistemas (D)
• Mapas y planos de la localidad (N)
• Videos y diapositivas (D)
• Guias de campo (N)
• Cámara fotográfica (D)
• Carretes para fotos y diapositivas (N)
• Prismáticos (D)
• Prensa para herborizar (D)
• Paneles de porespan (N)
• Otros materiales fungibles (Tijeras, cartulinas, colores, pegamentos,etc.) (D)

EVALUACIÓN:

Mediante cuestionario inicial para detección de intereses y expectativas y cuestionario final (expectativas cubiertas)
Autoevaluación de los miembros del taller
Análisis y valoración de los trabajos y las actividades del taller (Valoración grupal).

“LA LAGUNA DE TARELO Y SU APROVECHAMIENTO DIDÁCTICO

1.-LOCALIZACIÓN DE LA EXPERIENCIA: LA LAGUNA DE TARELO

La Laguna de Tarelo es una reciente laguna de origen artificial, que se encuentra junto a los Pinares de la Algaida (Sanlúcar de Bda.), en su límite Sur.
De aproximadamente 16 has., se formó a raiz de las extracciones de arenas que en dicho lugar se llevaron a cabo en 1987, con objeto de enarenar parte de las marismas de la Algaida y poderlas poner en cultivo. La extracción apuró las arenas hasta llegar a la base impermeable de margas azules y dejar al descubierto el manto freático procedente de la descarga del acuífero del Pinar circundante. Ello, junto al embalsamiento de las aguas de lluvia, contribuyó a su pronta inundación y al mantenimiento de una lámina de agua de carácter permanente y de una profundidad media de 3mts.
Esta laguna ha experimentado un rápido proceso de naturalización, de tal modo, que en pocos años ha sido colonizada por una vegetación perilacustre cracterística de eneas, carrizos y tarajes, que la han convertido en un excelente habitat para numerosas especies de aves: fochas, somormujos, pollas de agua, patos reales, zampullines, garzas, etc. Pero lo que realmente ha acrecentado su importancia y papel ecológico ha sido la colona de patos malvasias que desde hace varios años vienen criando en ella. Tal es así, que en varios censos de seguimiento de dicha especie de patos (1994), la Laguna de Tarelo aparecía como la que soportaba una mayor población de toda Andalcía, lo que tratandose de una especie que ha estado al borde de la extinción da idea de esa importancia.
En consideración a ese papel ecológico, y el de servir de reserva de agua permanente en épocas de sequias, se ha incluido en el ambito de protección del Parque Natural de Doñana, dotandosele de mayores medidas de protección y de la mínima infraestructura (observatorio), que permita su difrute sin interferir en las especies que en ella se refugian o se reproducen.

2.-JUSTIFICACIÓN:

La educacación ambiental o en valores ambientales está ampliamente contemplada en el Curriculum de la Educación de Adultos , tanto entre sus Finalidades básicas: “Promover el uso racional y solidario de los recursos, así como el conocimiento,la defensa y conservación de los bienes patrimoniales, como en los Objetivos Generales de sus distintos niveles y en los propios de las áreas de conocimientos del Medio o de Desarrollo Social y Funcional. Dichas Finalidades y Objetivos son abordables desde los distintos núcleos que integran su Curriculum: El de la Formación Instrumental, el de la Ocupacional o el del Desarrollo Personal. Será dentro de éste núcleo de formación donde se integre la experiencia que relatamos, y más exactamente como parte del Taller de Ecología y Medio Ambiente que se vino desarrollando durante el curso 97/98.
Dicho Taller, que se ofertó como actividad complementaria y optativa a los alumnos/as del Centro, fue desarrollado por una media de 12 alumnas, de los niveles de Formación Básica y Graduado Escolar, con los siguientes objetivos:

1.Identificar los valores ambientales de la localidad y sus características ecológicas más básicas.
2. Planificar su estudio e investigación mediante el trabajo de campo que permita percibir sus valores ambientales, sus componentes y su funcionamiento básico.
3.Conocer y practicar técnicas elementales del trabajo de campo:

3.1. La observación y la toma de notas en el “Cuaderno de campo”
3.2. Identificación básica de especies con el uso de “guias” y claves sencillas.
3.3. Elaboración de herbarios, concharios y otras colecciones.

4. Fomentar, a partir de su conocimiento, hábitos y actitudes de respeto ante el medio natural y contribuir con nuestras posibles aportaciones a su mejora y/o conservación.

Y englobando la triple finalidad de sensibiliza, comprender e intervenir.

3.-PLANIFICACIÓN Y DESARROLLO DE LA EXPERIENCIA:
Si bien, como se ha indicado, el estudio de la Laguna de Tarelo formaba parte del de las unidades ambientales de la localidad y más concretamente de las del Parque Natural de Doñana, el interés y expectación suscitada en el alumnado, así como el descubrimiento de sus posibilidades de aprovechamiento didáctico, lo convirtieron en centro de interés propio del taller, al que, comparativamente, se le dedicó el mayor tiempo(un trimestre) y esfuerzo de investigación por parte de todos.
Cumpliendo con el programa previsto se efectuó una visita a dicha Laguna que provocó una gran impresión entre los adultos, para los que era practicamente desconocida, a pesar de su facil localización, años de existencia, o importancia, ya comentada. Es por lo que decidimos investigarla más a fondo.
Para ello, nos cuestionamos que sería lo importante de conocer, acordando los siguientes aspectos:
• Origen y características
• Identificación de su fauna (Aves principalmente)
• Identificación de su flora (la perilacustre básicamente)
• Problemática de su conservación
• Difusión de sus valores.

Subdividiendonos en grupos de 2-3 personas que se responsabilizaban de la localización de la información básica y de aportarla al grupo. Esa información básica fue trabajada por todos los componentes y utilizada en el trabajo de campo durante las visitas a la Laguna.

Fruto de ello, fueron trabajos en la biblioteca y la hemeroteca local (origen de la Laguna y polémica de su formación), recogida, identificación y conservación de plantas características, utilización de guias de campo, nociones de observación-identificación de especies de aves, uso de prísmáticos y telescopios, realización de entrevistas (guardería del Parque y Grupo Ecologista), elaboración de redes tróficas elementales, toma de fotografías, confección de mural y de folleto divulgativo...
Para culminar, con la inclusión dentro de la Semana Cultural del Centro de Adultos, de la realización y desarrollo de un itinerario para el resto de los alumno/as del Centro, que sería dirigido por los miembros del taller.

4.- VALORACIÓN Y EVALUACIÓN DE LA MISMA:

Independientemente de los resultados y de la calidad de los trabajos de la experiencia, forzozamente elementales, dado el nivel de los alumnos, pero no por ello menos interesante, lo que realmente valoramos , y así pretendiamos, era el proceso desarrollado. Un proceso sustentado en la investigación-acción, en la autoconstrucción de los conocimientos y en la sensibilización y toma de postura ante los valores ambientales. Conseguimos que el estudio del entorno, el uso de técnicas y recursos de las ciencias ambientales y el conocimiento básico del funcionamiento de un ecosistema, fueran abordados de manera interdisciplinar, activa y dentro de un fuerte interés y participación de todos los miembros.
Se valora como muy positivo que los conocimientos adquiridos pudiesen ser revertidos al resto de los miembros del Centro y que se pudiera incidir así en una mayor sensibilización y conocimiento de este valor natural de la localidad, que es, pese a su valor, prácticamente desapercibidesconocido para el conjunto de la población y de sus visitantes, deslumbrados por el valor-consumo de la aledaña Doñana.

En la evaluación que los alumnos/as participantes hicieron del Taller en su conjunto, se valoró las actividades desarrolladas en torno a la Laguna, como las más interesantes, destacandose especialmente:
-El descubrimiento de un patrimonio natural prácticamente desconocido.
-La búsqueda y elaboración propia de una información
-El aprender a distinguir e identificar especies
-El actuar de guía con el resto de sus compañeros
-Maravillarse ante lo que “esconde “ la propia naturaleza.

La mayoria de las/os participantes manifiestan sus deseos de continuar para el próximo curso en el Taller de Ecología y Medio Ambiente, desarrollando actividades como las de la Laguna de Tarelo y descubriendo nuevos lugares y valores en este entorno de Doñana.

Alfredo Barragán Díaz
Centro de Educación de Personas Adultas
Sanlúcar de Bda.

LA EDUCACIÓN AMBIENTAL EN LA EDUCACIÓN DE PERSONAS ADULTAS: EXPERIENCIAS DE TALLERES DE ECOLOGÍA Y MEDIO AMBIENTE.

Alfredo Barragán Díaz.
Centro de Adultos de Sanlúcar.

La Educación de Adultos, entendida como proceso encaminado al logro de un desarrollo integral de las personas adultas que les capacite, tanto para una mejor comprensión crítica de la sociedad y el medio donde se desenvuelven, como para la contribución en su mejora y desarrollo; no podía estar al margen de lo que se ha venido en llamar Educación Ambiental:

“...el resultado de una nueva orientación de las diferentes disciplinas y experiencias educativas (ciencias de la naturaleza, ciencias sociales, artes y letras, etc.) que permiten percibir el medio ambiente en su totalidad y emprender con respecto a éste una acción más racional y adecuada para responder a las necesidades sociales.”

Unesco-Conferencia de Tbilisi,1977.
Se trataba en esa Primera Conferencia Intergubernamental de establecer un punto de partida de un programa internacional de educación ambiental y donde se planteaba también que esta debía planificarse atendiendo a los siguientes enfoques:
- Enfoque orientado hacia la resolución de problemas
- Enfoque interdisciplinar
- Comunitario que integre la educación en la comunidad
- De educación permanente orientado hacia el futuro.

Definición y planteamiento que a todos los que nos hemos venido ocupando de la educación de adultos, no puede más que resultarnos familiares , cuando no coincidentes con los principios metodológicos de la educación que hemos venido desarrollando. Pero es más, diez más tarde, en el IIº Congreso de Educación Ambiental, organizado por la ONU, en Moscú, se define a ésta como “proceso permanente en el que los individuos y la colectividad cobran conciencia de su medio y adquieren los conocimientos, los valores, la voluntad individual y colectiva para resolver los problemas actuales y futuro del medio ambiente” . Introduciéndose el concepto de “permanente”, tan propio y consustancial de la Educación de Personas Adultas, que ya es difícil de entender, si no es unida al de educación permanente, a “una nueva actitud del hombre [la persona] frente a la tarea continua del perfeccionamiento personal” .
Lo mismo podemos decir , tanto de lo planteado para la educación por la Conferencia de Río de Janeiro (1992), donde ampliamente se insiste en estos aspectos de la educación ambiental y que desembocan en las Agendas 21, como en lo abordado paralelamente en la Conferencia de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo , donde se elabora el “Tratado de Educación Ambiental hacia una Sociedad Sostenible y de Responsabilidad Global” , en el que se vuelve a insistir en el concepto de educación ambiental como proceso de aprendizaje permanente basado en el respeto a todas las formas de vida, afirmando valores y acciones que contribuyan a la formación humana y social con el fin de conseguir la preservación ecológica, estimular la formación de sociedades justas y ecológicamente equilibradas que establezcan entre sí relaciones de interdependencia y diversidad. Para ello se requiere responsabilidad individual y colectiva, a nivel local, regional, nacional y planetario.

Esa confluencia (entendemos “natural”), entre educación ambiental y educación de adultos ha venido propiciada, no sólo por las coincidencias en los fines y en las metas, sino que también , y muy especialmente, por los fundamentos metodológicos. Tanto por esas bases que asentó Paulo Freire, de educación crítica y liberadora, de educación para el compromiso social, su investigación acción , que al menos remotamente, inspiró a todos los planteamientos de educación de adultos de la década de los 80; como de los curricula de compromiso activo, o de tendencia creativa (Participador-Investigador), que siguiendo a Rodríguez Fuenzalida , es donde se podría situar el Nuevo Diseño Curricular de Educación de Adultos , elaborado por la Consejería de Educación en 1988 para Andalucía. Nuevo Diseño Curricular (NDC) que tan fecundos procesos creativos y de innovación pedagógicas promovió en el desarrollo de la Educación de Adultos de aquellos tiempos, una educación de adultos que seguía poniendo el acento en la investigación, en el descubrimiento de las situaciones problematizadoras del medio, en la búsqueda de respuestas interdisciplinares y en el compromiso que llevara implícito la toma de postura. Lo propio que desde la misma educación ambiental se pretende propiciar: conocer para la acción, para cambiar la realidad.
Una mera revisión de ese NDC, nos desvela que ya entre las metas propuestas para la educación de adultos, se incluían:
“Fomentar hábitos de defensa, conservación y comprensión del medio que nos rodea como un patrimonio natural que podemos disfrutar y tenemos la obligación de transmitir, si es posible, mejorado, a las generaciones que nos sucedan”.
O también:
“Favorecer las ideas y proyectos que se orienten a la divulgación del pacifismo”
Que en no pocas ocasiones nos llevó , al incorporarlas a nuestras prácticas docentes, a enfrentamientos, más o menos velados, con poderes locales o institucionales, que no entendían o compartían esas tomas de posturas desde los Centros de Adultos.
Abundando en lo mismo, entre los objetivos generales para los distintos ciclos de estas enseñanzas,se plantean los de la investigación del medio y los del desarrollo de una capacidad crítica, así:
“Mantener la realización de ejercicios que contribuyan a desarrollar la capacidad crítica, para que, a partir del conocimiento del medio, difundan actitudes de respeto y defensa, tanto del patrimonio cultural y artístico, como del propio patrimonio natural andaluz.”
O más explícitamente, para el tercer ciclo:
“Desarrollar, mediante trabajos de descubrimiento, el respeto al entorno natural –medio ambiente-, favoreciendo su defensa y conservación, participando en la solución de aquellos problemas ecológicos y de defensa de la naturaleza que se produjeran en la localidad

Es por ello, y que siguiendo estos objetivos, los instrumentos didácticos de organización de los conocimientos que se proponen , los núcleos temáticos de investigación, incorporaran entre sus tratamientos los de la propia educación ambiental , haciendo de la metodología global – 1º y 2º ciclos-, o de la interdisciplinariedad –3º ciclo-, el eje vertebrador para su desarrollo.
De ahí que el tratamiento medioambiental se constituyera en uno de los ejes sobre los que se apoyara el desarrollo de los Núcleos Temáticos de Investigación . O que los mismos Centros de Interés de dichos Núcleos Temáticos, donde se materializaban los aprendizajes significativos, fueran de temática y situaciones problematizadoras de indudable matiz medioambiental. El estudio de la localidad o el entorno, el agua, la sequía, el propio Medio Ambiente, la contaminación, determinados proyectos de impacto ambiental significativos, etc.: han sido con frecuencia temáticas abordadas por los Centros de Adultos. Se daba respuesta así, desde la práctica a dos de las directrices metodológicas con las que se recomendaba abordar la Educación Ambiental: la transversalidad y la interdisciplinariedad.

Todo este rico e innovador proceso de renovación pedagógica, entendemos, quedó seriamente comprometido con el cambio de concepción educativa y de diseño que acometió la Consejería de Educación en 1997, a fin de “adaptar”, la Educación de Adultos a la LOGSE, mediante el Decreto 156/97, de 10 de junio, por el que se regula la formación básica en educación de adultos . Se resuelve mediante dicho Decreto el debate entre currículum específico o currículum adaptado, optándose claramente por esa segunda opción. Pierde de esta manera, la especificidad que hasta el momento había gozado la educación de adultos de Andalucía y con ella muchas de las peculiaridades metodológicas comentadas. El currículum y sus tratamientos se hacen más académico y escolar y el propio concepto de educación permanente se pone en tela de juicio al segregarse la continuidad de estas enseñanzas entre los IES, que serán ahora los encargados de la secundaria de adultos (la ESA), y los propios Centros de Adultos donde solo se impartirá hasta la Formación Básica.

Pues bien, y a pesar de todo ello, que lo seguimos defendiendo y propiciando, apreciábamos que determinados contenidos , instrumentos y técnicas de la Educación Ambiental, o eran abordados muy superficialmente , o simplemente las limitaciones de tiempo, entre otras, hacían que no se trabajasen. Es por lo que a partir de la Orden de 9 de junio de 1998 que desarrolla los Planes Educativos y que concretamente dentro del ámbito social contempla los de medio ambiente, decidimos abordar experiencias de Educación Ambiental de manera específica, sin menoscabo en absoluto de los tratamientos medioambientales que seguimos desarrollando dentro de nuestras unidades temáticas.

Desde esta perspectiva, presentamos dos experiencias desarrolladas en nuestro Centro durante los cursos 98-99 y 99-2000, como Planes de Desarrollo Comunitario y Animación Sociocultural de Ambito Social: Una centrada en el estudio del entorno medioambiental de la localidad, a partir del reconocimiento y caracterización de sus unidades ambientales y otra , más concreta, que lo hace en la interpretación de uno de sus paisajes más singulares como son los que antaño formaron el Lago Ligur en el estuario del Guadalquivir.